Del color de la leche, de Nell Leyshon

DATOS DEL LIBRO

Nº de páginas: 176 págs.

Encuadernación: Tapa blanda

Editoral: SEXTO PISO

Lengua: CASTELLANO

ISBN: 9788415601340

SINOPSIS

Mary, una niña de quince años que vive con su familia en una granja de la Inglaterra rural de 1830, tiene el pelo del color de la leche y nació con un defecto físico en una pierna, pero logra escapar momentáneamente de su condena familiar cuando es enviada a trabajar como criada para cuidar a la mujer del vicario, que está enferma. Entonces, tiene la oportunidad de aprender a leer y escribir, de dejar de ver «sólo un montón de rayas negras» en los libros. Sin embargo, conforme deja el mundo de las sombras, descubre que las luces pueden resultar incluso más cegadoras, por eso, a Mary sólo le queda el poder de contar su historia para tratar de encontrar sosiego en la palabra escrita.En Del color de la leche, Nell Leyshon ha recreado con una belleza trágica un microcosmos apabullante, poblado de personajes como el padre de Mary, que maldice a la vida por no darle hijos varones; el abuelo, que se finge enfermo para ver a su querida Mary una vez más; Edna, la criada del vicario que guarda tres sudarios bajo la cama, uno para ella, y los otros para un marido y un hijo que no tiene; todo ello, enmarcado por un entorno bucólico que fluye al compás de las estaciones y las labores de la granja, que cobra vida con una inocencia desgarradora gracias al empeño de Mary de dejar un testimonio escrito del destino adquirido, al cual ya no tiene la posibilidad de renunciar.

OPINIÓN

Decidí leer esta novela tras leer las estupendas recomendaciones de Ana Blasfuemia y Marilú Cuentalibros en sus blogs. Era el tipo de libro que me apetecía en ese momento, y la verdad es que me alegro mucho de haberlo leído.

La historia se desarrolla en un ambiente rural, en el año 1830. La protagonista es Mary, la menor de cuatro

hermanas. Es una chica que nació con un defecto en la pierna que le causa una cojera permanente y con el pelo de color blanco como la leche. Es ella quien nos relata los hechos con la sencillez del niño que está aprendiendo a escribir. Escribe tal y como habla, sin hacer ningún caso de la sintaxis. Tampoco utiliza mayúsculas. Es posible que a algunos lectores les desagrade esta forma de relatar la historia, pero en mi opinión le da un punto más de realismo, y la verdad es que me gusta cómo está escrita. (Podéis ver el inicio de la novela en la imagen junto a estas lineas).

El personaje de Mary es el que está mejor definido. Es una joven que vive en un lugar donde la fuerza física es imprescindible para trabajar, y ella ha nacido coja. Tiene una forma de ver la vida muy pragmática y es siempre muy sincera (quizá demasiado, en ocasiones). Al único miembro de su familia al que quiere de verdad es a su abuelo, con quien mantiene una relación muy cercana y cordial. Pese a su edad, tiene las cosas muy claras y sabe que ella nunca va a cambiar, y tampoco quiere hacerlo. Personalmente, esta forma de ser de la protagonista me encantó, sobre todo porque pese a las condiciones en las que vive, trabajando de sol a sol, nunca pierde su vitalidad ni su alegría.

Cuando su padre la manda a trabajar a casa del vicario, tiene la oportunidad de aprender a leer y a escribir. Sin embargo, y a pesar de que su nuevo empleo es mejor que el que tenía en la granja, no deja de añorar su hogar.

En cuanto al final, poco puedo decir. Aunque en ocasiones el lector puede intuir lo que pasará, no deja de ser impactante, sobrecogedor. Todo un puñetazo en el estómago, si se me permite la expresión. 

En resumen, nos encontramos ante una novela que recrea a la perfección las condiciones de vida del siglo XIX y que nos trae a uno de esos personajes que difícilmente se olvidan con el tiempo. 

Gracias de nuevo a Ana y Marilú por esta recomendación.