sábado, 6 de julio de 2013

Reto Literigatos

Hoy, os traigo mis diez Literigatos, con los cuales completo este reto al que me apunté a principios de año. La verdad es que me ha gustado mucho, me pareció muy original desde el principio, y aparte, me encantan los gatos. 




1. After dark, de Haruki Murakami: El gato en concreto es de color blanco y no tiene dueño, puesto que es un gato callejero. 

Fragmento: Mari tiene un gatito blanco sobre las rodillas y le está dando de comer un sándwich de atún que ha traído envuelto en una servilleta de papel. El gatito se lo come relamiéndose. Ella le acaricia cariñosamente el lomo.


2. La caída de los gigantes, de Ken Follett: Gato callejero del que apenas se dan datos.

Fragmento: Miró hacia la pizarra gris y mojada de los tejados, cuesta abajo hacia los edificios de la bocamina, desperdigados por la vaguada del valle. Vio a un gato caminando por las vías del tren, pero, por lo demás, no se apreciaba movimiento alguno.


3.El gran Gatsby, de F. Scott Fitzgerald: gato que deambula por el vecindario. 

Fragmento: La ondulante silueta de un gato se recortó a la luz de la luna, me volví a mirarlo y vi que no estaba solo.


4. El marino que perdió la gracia del mar, de Yukio Mishima: es un gato callejero, está algo sucio y es bastante pequeño.

Fragmento: Tras una hora de cacería dieron con un gato vagabundo. Un gato manchado y maullador, con ojos sin brillo, que cabía en la mano de Noboru. 


5. Seis peces azules, de David Tejera: es una gata a la que tiran a un foso para que luche contra una serpiente. La gata jamás ha perdido ningún combate. Es rubia y algo vieja. Tiene los ojos de diferente color. 

Fragmento: La gata era rubia, y aunque con el paso de los años había perdido parte de la cola, un colmillo y algunas facultades, seguía teniendo fama de ser muy hábil en el cuerpo a cuerpo. Siempre salió victoriosa, cada vez que la echaron al foso, y por eso seguía viva. Mantenía el lomo agachado, las patas delanteras extendidas y las uñas fuera, como cuchillas desgastadas. Los ojos, un ojo de cada color, la ayudaban a despistar a sus enemigos, que a veces dudaban ante la falta de simetría de su mirada. Levantaba el hocico dejando ver unos dientes afilados como agujas, casi transparentes y, al contrario de lo que hacían otros gatos, ella no emitía ningún sonido. Solo vigilaba, lo escudriñaba todo, tratando de calibrar los riesgos y averiguar el flanco por el que atacaría.


6. La felicidad es un té contigo, de Mamen Sánchez: es el gato de una señora mayor. No se dan datos sobre él.

Fragmento: Mientras ella ponía a hervir el cazo del agua y a calentar el de la leche, su gato se restregó por la pierna de la aterrada inglesa. 


7. Festín de cuervos, de George R. R. Martin: Gato callejero, viejo y bastante flaco.

Fragmento: "Igual que yo", se dijo. Su favorito era un gato viejo y escuálido al que le habian arrancado la oreja de un mordisco; le recordaba a uno que había perseguido por la Fortaleza Roja. "No, la que hizo aquello era otra niña, no yo."


8. El grito silencioso, de Kenzaburo Oé: gato atigrado, viejo, moribundo, al que crió el protagonista en su juventud. 

Fragmento: En el fondo del sótano, donde las fuertes corrientes de aire agitaban la oscuridad, vi los ojos moribundos de un gato callejero atigrado que había criado desde mis días de estudiante hasta que me casé y mi mujer estaba a punto de quedarse embarazada, y el recuerdo del día infeliz en que lo atropellaron, y de entre las patas le salía algo como una mano encarnada. Eran los ojos de un gato viejo, desesperadamente tranquilo, con sus iris amarillos brillando como un pequeño crisantemo. Los ojos de un gato que, a pesar de las ráfagas de electricidad estática del dolor que le recorrían el centro de los sentidos de su diminuto cerebro, se guardó en su interior el sufrimiento y permaneció tranquilo y sin expresión, al menos para quienes lo veían desde fuera. Los ojos de un gato que ocultó su agonía a los demás, como si no existiese, como algo que sólo a él le pertenecía. 


9. La tarde de un escritor, de Peter Handke: es el gato del protagonista, del que no se describe el aspecto físico, aunque aparece varias veces a lo largo del libro.

Fragmento: Dejó que el gato entrara en la casa y le puso los dos platos con la carne y la leche en su sitio. En el pelo del animal parecía hallarse acumulado el hielo, y él creyó palpar ya en sus puntas el primer cristal de nieve. Pero, por debajo de la piel, el cuerpo del animal le calentó las manos, que tras haber pasado horas escribiendo, se le habían enfriado. 


10. Una pantera en el sótano, de Amos Oz: Es el gato del ayudante de una tienda del barrio del protagonista. Se le describe como un animal fiel, al contrario que lo que la mayoría de la gente piensa sobre estos felinos.

Fragmento: El muchacho que ayudaba en la tienda de los hermanos Sinopsky tenía un gato raro que lo seguía a todas partes, no se quería despegar. El señor Lazarus, el sastre de Berlín, una persona que siempre movía afirmativamente la cabeza y pestañeaba, ahora la movía como si se negase a creer lo que veían sus ojos. ¿Quién ha oído hablar de un gato fiel?



jueves, 4 de julio de 2013

Todo se desmorona, de Chinua Achebe

DATOS DEL LIBRO
Nº de páginas: 208 págs.
Encuadernación: Tapa blanda bolsillo
Editoral: DEBOLSILLO
Lengua: ESPAÑOL
ISBN: 9788499082691

SINOPSIS
Okonkwo es un gran guerrero, cuya fama se extiende por toda el África Occidental, pero cuando mata accidentalmente a un prohombre de su clan es obligado a expiar su culpa con el sacrificio de su hijastro y el exilio. Cuando por fin puede regresar a su aldea, la encuentra repleta de misioneros y gobernadores británicos; su mundo se desintegra, y él no puede más que precipitarse hacia la tragedia. Publicada por vez primera en 1958, Todo se desmorona se asocia con las narraciones orales, pero también con la tragedia griega y las grandes novelas del XIX.

OPINIÓN
Chinua Achebe nos traslada, en esta novela, al corazón de África al principio del colonialismo occidental. El protagonista de la obra es Okonkwo, un guerrero que ha llegado a ser, con el paso de los años, uno de los hombres más importantes para su clan. 
El autor nos acerca a la cultura de su continente, y es por eso por lo que esta novela me ha gustado tanto. Ha sido una forma de acercarme a unas formas de vivir totalmente distintas, a unas costumbres completamente diferentes: las fiestas, la vida cotidiana, la religión...
El personaje de Okonkwo está muy bien perfilado y tiene una psicología muy compleja. Él es un hombre que se ha ganado a pulso el lugar que ocupa en el clan, pero al que no le gustan las muestras de afecto, pues las considera una debilidad, y el desprecia a los hombres débiles, como su propio padre. Esto le llevará a permitir el sacrificio de Ikemefuna, un joven al que había acogido bajo su protección tras ofrecérselo una aldea vecina como compensación tras una ofensa. Okonkwo llega a quererle como a un hijo, pero permite que sea sacrificado para no perder su puesto en la tribu e incluso participa en la matanza.
Más adelante, es condenado al exilio junto con su familia, formada por sus tres esposas y los hijos de estas. Al volver, siete años más tarde, encuentra la aldea invadida por misioneros y ve como, poco a poco, sus vecinos van convirtiéndose al cristianismo. Su mundo empieza a desmoronarse..Todo se desmorona es una novela que nos acerca a un mundo que nos es ajeno y describe la destrucción de ese universo a través de los ojos del protagonista. Personalmente, es una lectura que me ha gustado mucho y me ha servido para conocer a este autor, el eterno Premio Nobel africano.
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